Myanmar o la antigua Birmania como todavía la conoce el gran público, es el mayor país del sudeste asiático.

Con unas fervientes creencias religiosas, el budismo forma parte del paisaje popular de Myanmar. Templos budistas y miles de monjes y peregrinos en un ambiente puramente espiritual. Tonalidades anaranjadas y rojizas con las subidas o caídas del sol, un cielo dorado y tierras salvajes, hacen de Myanmar todo un sello internacional.

La sonrisa y bondad de sus gentes y los desfiles de monjes bien cuidados por sus habitantes, te harán saber que has llegado a Myanmar. ¡Mingalabar!

Mandalay

Mandalay, la segunda ciudad en importancia de Myanmar denota el esplendor de la antigua Birmania. Mandalay es conocida como la ciudad dorada y centro religioso del país. En sus entornos se encuentran las bellas y ancestrales capitales de la historia de Burma, Birmania o Myanmar; Amarapura, Ava y Sagaing.

Amarapura, fue la última de las tres capitales. Pagodas, templos y uno de los monasterios más grandes de Myanmar acompañados con el sosiego y el misticismo que sus cientos de monjes le agracian.

Icono gráfico de Myanmar es el Puente U-Bein. El puente de teca de mayores dimensiones del mundo por el que nos viene a la mente la imagen de esas luces del atardecer de fondo tras el puente sobre el que caminan un grupo de pequeños monjes budistas.

Sagaing. Sus pagodas y monasterios de marfil coloreado y Sagaing Hill son tratados como eje espiritual del budismo en Myanmar y sirven de residencia para alrededor de 3.000 monjes en unos 100 santuarios de meditación.

No hay nada como iniciar el día con una visita al mercado de Mandalay o paseando por el río Irrawaddy para descubrir el modo de vida de los birmanos.

Los templos de la ancestral Ava son otro punto fuerte del área de Mandalay. El crucero al atardecer por el río Irrawaddy te abre una ventana a las pequeñas aldeas, pescadores, barcas de locales y por supuesto muchos templos budistas.

Lago Inle

Un enorme lago de 11 km. en el que surcando sus aguas descubres las curiosidades que lo habitan. Etnias locales, con sus casas levantadas sobre pilotes de bambú, enterrados en las aguas del lago o los jardines y huertos flotantes donde siembran sus alimentos. Destaca la particular y equilibrada forma de remar y pescar con los pies que sólo ofrece el lago Inle. Si navegas por las ramificaciones del Lago llegas hasta el poblado de Indein. El conjunto de coloridas y abandonadas pagodas brotando de vegetación, pero a la vez importantísimo punto de religión hacen del Lago Inle y sus alrededores un lugar imprescindible de Myanmar.

Bagan

Antigua capital de Myanmar. Las guerras históricas vividas en el país han dejado montañas de escombros, pero fue tanta su gloria que a día de hoy sus raíces son célebres por ser uno de los mayores centros arquitectónicos de Asia.

Miles de templos, pagodas y estupas sagradas levantadas entre restos arqueológicos repartidos por la llanura de las tierras de Bagan. Una jungla de ladrillos rojos en la que tan sólo quedan la mitad de lo que fue el esplendor del imperio birmano. Templos, ruinas y una belleza inusitada.

Bagan conserva algunos de los templos más impresionantes de Myanmar, entre ellos el templo de Ananda, uno de los más famosos y bellos de Bagan, los templos de Gubyaukgyi, Manuha, Nan Paya o la Pagoda de Shwezigon.

Los colores del cielo de Myanmar, sus brillantes estupas y la vegetación frondosa del terreno forman un lienzo de impresionantes vistas y la mejor forma de recorrerlas es un excitante paseo en globo (sólo posible de octubre a marzo) sobrevolando los campos de Bagan. Cuando la luz sobre los templos marca una estampa mística.

Monte Popa

Monte Popa es una creación divina de la naturaleza. Surgido a raíz de la erupción de un antiguo volcán, sus cenizas y lavas han dado vida a este promontorio árido de más de 1.500 metros de altitud. En su cima y tras subir los 777 escalones que lo separan de la planicie del suelo, llegas hasta el monasterio budista Taung Kalat. Su cumbre ofrece unas de las vistas más espectaculares de los alrededores. Monte Popa está considerado lugar sagrado y hasta él acuden cientos de peregrinos a rezar a sus nats, antiguos espíritus.

Myanmar son colores: azafrán de sus monjes, dorado de sus cúpulas, rojo de sus templos, verde de sus selvas y blanco de las dulces sonrisas lugareñas que te esperan en tu próximo viaje a este mágico país.