Japón es mucho más que ritmos frenéticos y deslumbrantes luces de neón. En Japón son posibles los contrastes. Sentirse como un auténtico japonés es tan sólo cuestión de adentrarte en este país y vivir como lo haría un clásico nipón.

Geishas

Ya quedan lejos de nuestros días, pero todavía se pueden encontrar esas blanquecinas mujeres, cuidadosamente educadas y vestidas para el entretenimiento de sus ciudadanos, las geishas. La bella ciudad de Kioto, es el punto de mayor concentración de geishas y maikos, las pequeñas aprendices.

Con suerte, si te alojas o paseas por la zona de Gion, puedes cruzarte con alguna de ellas caminando hasta la casa de té o restaurante donde harán gala de sus reconocidos conocimientos.

Si quieres percibir en tu piel cómo es sentirse como una geisha existen multitud de lugares donde te visten para que salgas a pasear por sus calles o te lleves una foto del momento en que te convertiste en geisha.

Gastronomía japonesa

Cuando piensas en gastronomía japonesa lo primero que te viene a la cabeza es el sushi. ¡Sí, buenísimo! ¿Pero quieres saber algo que realmente es mucho más delicioso en Japón? La carne.

Cercano a Osaka está la población de Kobe. Su ternera es un placer alimenticio y una buena razón para acercarse hasta esta localidad de la prefectura de Hyogo. Sin embargo, si continúas por la prefectura de Gifu tendrás la oportunidad nuevamente de deleitar tu paladar con la ternera de Hida en Takayama.

La gastronomía japonesa es diversa. Atrévete y prueba los platos que te acompañan y modifican a medida que recorres el país nipon. Como cada bonito y distinto amanecer sus platos también se van transformando.

Si empiezas por Tokio no puedes dejar de probar el sushi, tras visitar la Lonja de Tsukiji. El kaiseki, plato vegetariano a veces acompañado de pescado y de la ceremonia del té, pertenece a la ancestral Kioto. En Osaka tienes la oportunidad de probar una especie de tortita o crep con ingredientes variados, los okonomiyaki. Saltamos hasta la isla de Kyushu y nos espera un plato de ramen. Unas kaki, ostras, de Hiroshima. El salmón o cangrejo, kani-ryori, de Hokkaido.

Miso, sashimi, tempura, soba, udon, yakitori…, todo un abanico culinario que resulta incompleto en la vida de un japonés si el arroz no les acompaña en los distintos momentos del día. Incluso como bebida, brindando con unos tragos del explosivo sake, vino de arroz.

Alojamientos y baños termales

Si buscas una experiencia más auténtica y vivencial puedes alojarte en uno de los santuarios que hay en el país.

El templo de Koya-san ofrece estancias en las que puedes compartir la vida de estos monjes.

El alojamiento es otra forma de sentir Japón. Ofrece alojamientos únicos. Duerme en un ryokan, casas tradicionales japonesas, y déjate cuidar por la exquisitez japonesa.

Uno de los imprescindibles de un país al que le da tanta importancia a la naturaleza que les envuelve es emular a los japoneses al sumergirse en las calientes aguas de un onsen. Ya sea en alojamientos privados, ryokan o infiltrados entre la naturaleza, ríos, montañas, acantilados o junto al mismo mar. No hay que abandonar Japón sin seguir la tradición de un baño termal en el país con mayor concentración de onsen de todo el mundo.

Sonrisa, respeto y tradición forman parte de la cultura nipona. Es lo que siempre recibirás cuando visites un país con unos arraigos culturales y tradicionales tan fuertes como ofrece Japón.